Mañana todavía. VV.AA. (Ed. Ricard Ruiz Garzón)

Fantascy. Barcelona, 2014. 490 páginas.

Hoy ya no, pero tal vez mañana o pasado mañana... los clásicos podrían reescribirse a conveniencia, las redes sociales podrían marcar la vida de un bebé, la maternidad podría convertirse en una forma de condena, la casta política podría borrar a determinados ciudadanos, la altura de un edificio podría definir nuestra longevidad, los teléfonos móviles podrían empezar, de tan inteligentes, a rebelarse. Y todo intento de evitarlo, todo asomo de revolución, podría acabar pareciendo un esperpento. Sería un mañana inquietante, sí, pero posible. Demasiado posible.

En la mejor línea de 1984, Un mundo feliz y Farenheit 451, pero también en esa nueva ola que va desde Los juegos del hambre hasta la serie de televisión Black Mirror, estos doce referentes de la distopía en nuestro país han aceptado el reto de imaginar futuros para un siglo XXI que se presenta cada año más incierto. A veces desde el humor, a veces desde una profunda conciencia política o medioambiental, aunando a meudo originalidad y respeto a la tradción y siempre desde una pasión literaria cargada de ambiciaón, las doce narraciones aquí reunidas configuran una antología llamada a marcar un hito en la historia española del género.

Porque las distopías no son solo una moda literaria.
Son alarmas, denuncias, sátiras del abismo.
Son las armas del hoy contra el mañana.
Son las ficciones de la crisis.
Todavía.